miércoles, 17 de abril de 2013

Alto al fin del camino


Una suave brisa, un tenue brillo, 
fulgir de verdor infinito tierno y fresco, 
célibe fruto de un vivir sentido intenso
brotan cabellos de nuestra madre tierra,
que nutre de ánimo, con su belleza extrema
ánimo por vivir en un mundo pésimo,
en el que largo sufres,
por vivir sólo,
un efímero momento
sueños mortales del edén eterno,
entrevén los hombres con paisajes bellos
cuán breve brillo, lesa oscuridad
que siempre llega, poniendo final. 






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