viernes, 27 de octubre de 2017

Lo fútil de la existencia

Me tiro otra vez en el sofá. Después de otro día de mierda tirado a la basura. Otro de esos días en el que hasta la palabra vivir suena a pura ironía. Estoy un día más cerca de morir y aún así no he hecho nada nuevo hoy de lo que me sienta orgulloso. Tengo mil proyectos sin acabar, miles de libros sin leer, miles de canciones por escuchar, miles de personas, ideas, lugares, que visitar. Y lo jodido es que ni siquiera eso importa. Somos unos putos seres ridículos en el medio de la nada que hacemos cosas para que nos recuerden. Y eso es una mentira en sí misma. La mayor parte de los humanos que han vivido en esta fracción absurdamente pequeña de la historia del cosmos han llevado sus insulsas vidas de forma anónima. Han trabajado, arado la tierra, destrozado a otros seres solo para sobrevivir. Otros han tenido una muerte ridícula por razones ridículas e incluso han matado a otros. Sólo unos pocos han dejado una ínfima huella en algún lugar y momento del devenir de la civilización. Y ¿todo para qué? El sol morirá y la humanidad con él. Todo rastro de cultura se habrá borrado. Y después de eones de oscuridad y aburrimiento cósmico el propio universo perecerá, habiendo sido nosotros los únicos observadores de nuestra propia miseria.  

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